Una investigación arqueogenómica confirma que el cacao fue domesticado hace más de 5,000 años en Ecuador, desafiando la creencia tradicional de su origen mesoamericano.
Durante décadas, se creyó que el cacao, base del chocolate y símbolo de las culturas mesoamericanas como la maya y la azteca, tenía su origen en México. Sin embargo, recientes estudios científicos han replanteado esta narrativa. Investigaciones publicadas en revistas como Scientific Reports y Nature han demostrado que el cacao fue domesticado por primera vez hace más de 5,000 años en la región amazónica del actual Ecuador, específicamente en el sitio arqueológico de Santa Ana-La Florida, en la provincia de Zamora-Chinchipe.
Utilizando técnicas avanzadas de arqueogenómica, los investigadores analizaron residuos en cerámicas precolombinas de diversas culturas sudamericanas y mesoamericanas. Los resultados revelaron la presencia de compuestos químicos característicos del cacao, como la teobromina, en piezas de cerámica ecuatorianas que datan de hace aproximadamente 5,300 años. Estos hallazgos indican que el uso y domesticación del cacao ocurrieron en la Amazonía ecuatoriana mucho antes de su presencia en Mesoamérica.
La difusión del cacao hacia el norte se habría producido a través de rutas comerciales y contactos culturales entre las civilizaciones sudamericanas y mesoamericanas. Se estima que el cacao llegó a Mesoamérica alrededor de 1,500 años después de su domesticación en Sudamérica. En Mesoamérica, el cacao adquirió un profundo significado cultural y religioso, siendo utilizado en rituales y como moneda por civilizaciones como la olmeca, la maya y la azteca.
Este cambio en la comprensión del origen del cacao no solo redefine aspectos históricos y culturales, sino que también resalta la importancia de la región amazónica en el desarrollo de cultivos fundamentales para la humanidad. Además, destaca la necesidad de reconocer y preservar el legado de las culturas sudamericanas en la historia del cacao y el chocolate.
Así, mientras México y otras regiones mesoamericanas jugaron un papel crucial en la expansión y valorización cultural del cacao, las evidencias científicas actuales señalan a la Amazonía ecuatoriana como la cuna de este fruto que ha deleitado a generaciones en todo el mundo.