Este viernes 6 de junio de 2025, una avioneta que participaba en una operación sanitaria para combatir la plaga del gusano barrenador del ganado se desplomó en la zona montañosa del ejido Pavencul, en el municipio de Tapachula, Chiapas. El accidente ocurrió alrededor de las 08:26 horas, apenas nueve minutos después de despegar del Aeropuerto Internacional de Tapachula. La aeronave, de matrícula guatemalteca TG-TJG, pertenecía a la empresa Inversiones 777 S.A. y estaba realizando la liberación de moscas estériles, una técnica utilizada para controlar la propagación de esta plaga que afecta gravemente al sector ganadero.
Las tres personas a bordo fallecieron en el siniestro: el piloto Carlos Eduardo Monroy Pinto y el copiloto Byron Eduardo Morán de Paz, ambos de nacionalidad guatemalteca, y el ingeniero agrónomo mexicano Lucio Alberto Roblero de León, adscrito al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Según informes preliminares, la aeronave intentó un aterrizaje de emergencia en una carretera de terracería, pero la maniobra no tuvo éxito, impactándose contra el suelo y estallando en llamas de inmediato. Habitantes del cantón Pinabeto, cercano al lugar del accidente, intentaron sofocar el incendio, pero el fuego ya había consumido gran parte de la estructura.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) lamentó profundamente el accidente y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. El titular de la dependencia, Julio Berdegué, destacó el compromiso y valentía de los tripulantes en la lucha contra el gusano barrenador.
La plaga del gusano barrenador, erradicada en México en 1991, reapareció a finales de 2024, representando un peligro para el comercio de ganado en pie, ya que sus larvas pueden infectar heridas abiertas en los animales, provocando infecciones severas.
Las autoridades mexicanas y guatemaltecas han iniciado una investigación conjunta para determinar las causas del accidente, siguiendo los protocolos internacionales establecidos en materia de aviación.
Este trágico incidente resalta los riesgos que enfrentan los profesionales dedicados a la sanidad agropecuaria y la importancia de las medidas de seguridad en operaciones aéreas de control de plagas.