Una ola de calor excepcionalmente intensa, que azota gran parte de Europa, ha sido el detonante de un grave incendio forestal en la comarca de La Segarra, en Lleida (Cataluña).
El fuego se inició el martes por la noche y, alimentado por temperaturas extremas (superiores a 40 °C) y fuertes rachas de viento, se propagó a una velocidad de hasta 28 km/h, cubriendo alrededor de 6 500 hectáreas, mayormente campos agrícolas. La intensa columna de humo alcanzó los 14 000 m de altura, convirtiéndose en la más grande registrada hasta la fecha en Cataluña.
Desafortunadamente, dos trabajadores agrícolas fallecieron al quedar atrapados por las llamas mientras intentaban huir en vehículo. Más de 500 bomberos, desplazados rápidamente, lograron controlar el incendio gracias al apoyo de una tormenta que estabilizó la situación más tarde la noche del martes.
Tras el incendio, las autoridades emitieron órdenes de reclusión para unas 14 000 personas en zonas cercanas como medida preventiva. Además, se atendieron varias personas con heridas leves, incluidos bomberos y residentes afectados por el humo .
Este episodio coincide con una ola de calor en toda Europa, con temperaturas récord en España. En junio se registró la temperatura media más alta de junio desde que hay registros, y durante la ola actual se han superado los 40 °C en muchas áreas. En total, la ola ha causado al menos cuatro muertes en España (dos en este incendio y otras dos por calor en Extremadura y Córdoba), parte de al menos ocho fallecimientos en Europa.
Muchas autoridades han señalado que esta ola, calificada como una “cúpula de calor”, es un síntoma más del cambio climático, que también está impulsando una serie de incendios forestales prematuros en toda Europa.
En medio de esta emergencia, la UE presentó un ambicioso plan para reducir un 90 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040, como parte de su estrategia hacia la neutralidad climática en 2050.