El Aeropuerto Internacional Benito Juárez (AICM) interrumpió por segunda vez en menos de 48 horas sus operaciones de aterrizaje y despegue, debido a intensas lluvias que azotaron la madrugada de este martes a la capital mexicana.
Detalles del incidente
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El cierre se efectuó desde las 2:13 h del martes 12 de agosto, tras activarse los protocolos de seguridad ante encharcamientos que comprometían visibilidad y operación segura en pistas y plataformas.
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Inicialmente se estimó la reactivación para alrededor de las 6:00 h; sin embargo, la normalización completa se alcanzó hasta cerca de las 11:00 h, cuando se habilitaron ambas pistas.
Impacto en vuelos y pasajeros
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Afectaciones consignadas incluyen 16 vuelos desviados, 3 cancelaciones y 120 con demoras, involucrando a aproximadamente 19,500 pasajeros.
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La noche anterior, domingo 10 de agosto, ya se había vivido una fuerte afectación: aquel cierre dejó 104 vuelos cancelados y cerca de 15,000 pasajeros varados, tras lluvias record que colapsaron el aeropuerto.
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En total, se trata del tercer día de caos aeroportuario consecutivo, derivado de lluvias torrenciales que también inundaron vialidades, estaciones del Metro y redes de transporte.
Respuesta institucional y recomendaciones
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Personal del AICM junto con equipos especializados —como motobombas, vacors y barredoras aeroportuarias— trabajaron intensamente para desalojar el agua y habilitar nuevamente las pistas.
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El aeropuerto recomendó a los pasajeros mantenerse en contacto con sus aerolíneas y consultar fuentes oficiales para conocer el estado de sus vuelos, ante posibles nuevas alteraciones.
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Aeroméxico y otras aerolíneas demandaron medidas estructurales preventivas para evitar que sucesos similares se repitan.
En resumen
En la madrugada del martes 12 de agosto de 2025, el AICM detuvo sus operaciones por segunda vez en menos de 48 horas, ante lluvias intensas que provocaron encharcamientos, cerrando actividades desde las 2:13 h hasta aproximadamente las 11:00 h. Los incidentes sumaron miles de pasajeros afectados y generan preocupación por la infraestructura frente a una temporada de lluvias especialmente agresiva.
